La S. Alabad al Señor en el Cielo. A. ¡ALABADLE! Fa#- S. Alabad al Señor en lo alto. A. ¡ALABADLE! Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos. Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes. Alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo. Alaben el nombre del Señor, porque Él lo mandó, y existieron. Les dio consistencia perpetua y una ley que no pasará. Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar, rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes, montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros, fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan. Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, jóvenes y también doncellas, los viejos a una con los niños, alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra, él da fuerza y vigor a su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo elegido.